En baloncesto no hay nada escrito que sea ley inamovible, todo avanza y evoluciona y yo a lo largo de mi etapa como entrenador he ido madurando y cambiando mi forma de pensar, a veces de forma lenta, otras de forma moderada y algunas de forma drástica.
Como en todo deporte existen premisas básicas, pautas generales y tópicos que todo el mundo acepta pero que creo que convendría matizar adecuadamente, intentaré centrarme en uno de ellos que mas de uno hemos comentado o al menos lo hemos oido decir:
LO MAS IMPORTANTE EN EL BALONCESTO SON LOS JUGADORES
Es verdad pero no es lo único, ¿si esto es tan verdaderamente importante para que existe la figura del entrenador? ¿qué pintamos entonces nosotros en este deporte? ¿por qué no entrenan solos? ¿por qué no se dirigen ellos mismos?
Pongamos un ejemplo: ¿sin la dirección de Vincent Collet Francia le hubiera ganado a España?, podría poner muchísimos mas ejemplos pero está claro que la figura del entrenador es al menos tan importante como la de los jugadores, creo que estaréis de acuerdo conmigo, ¿o no?. La Selección Española en el mundial era muy buena, muchos decian que casi jugaban sólos, entonces por qué se han cebado todas las críticas por la dirección y gestión de Juan Antonio Orenga, ¿tiene o no tiene importancia la figura del entrenador?
Indudablemente los jugadores son personas importantes en el basket estén donde estén, son los que nos hacen aprender y enseñar. Pero nosotros también lo somos y tenemos un bagaje de conocimientos y experiencias que también a ellos les van a hacer aprender y progresar.
Sin la figura de un entrenador posiblemente no dominarían los fundamentos técnicos ylo mas importante quizás no los aplicarían convenientemente (el como, el cuando y el donde).
Sin la figura de un entrenador que planifique concienzudamente el trabajo de los jugadores y establezca propuestas de mejora, no se racionalizarían los conceptos a trabajar y desarrollarían las estrategias adecuadas para el entrenamiento, los jugadores nunca avanzarían en el camino mas adecuado.
Sin el trabajo día a día del entrenador no conocerían el juego totalmente y con todos los aspectos necesarios, si nadie los orienta y aconseja tendrían que ser unos superdotados del basket (pueda ser que haya alguno), para entender totalmente el juego, mejorar las lecturas defensivas y ofensivas, tener siempre claras las tomas de decisiones y saber jugar los momentos críticos y decisivos.
Sin la figura de un entrenador que les transmita confianza en si mismos, que les haga tener fuerza mental, posiblemente no crecerá paulatinamente su autoestima y les cueste tomar iniciativas personales, es posible que se vengan abajo a la mas mínima y que ante cualquier dificultad no se sientan capaces de soslayarla.
Un entrenador que se precie sabrá motivarlos convenientemente, sabrá ganarse su respeto y credibilidad y sabrá llegarles al alma y a la mente mediante la comunicación y el diálogo, convenciéndoles de su capacidad para conseguir objetivos teóricamente inalcanzables.
Un buen entrenador siempre les va a inculcar la premisa de que el baloncesto es un juego de equipo, si ayudas a tus compañeros te ayudas a ti mismo. Lo individual tiene que estar al servicio de lo colectivo. Cuando todos rememos en esta dirección mas nos acercaremos al éxito.
Siempre hay de todo en la viña del señor y nos podremos encontrar con entrenadores buenos, malos y regulares, pero la inmensa mayoría sabe lo que se lleva entre manos y tratan de hacer las cosas con “sencillez y claridad”, aunque también a veces lo enrevesamos y lo complicamos todo (con demasiados sistemas de ataque y movimientos excesivamente complejos que confunden al jugador y a veces anulan su capacidad de pensar, estudiar y sacar partido de las situaciones de partido).
Por último aunque está claro que todos los entrenadores quieren ganar, ¿hay algún entrenador que quiera perder?, cualquier entrenador que tenga las ideas claras con toda probabilidad primero enseñará a jugar y luego a competir para ganar.
¡YO CREO EN LA IMPORTANCIA DEL ENTRENADOR PARA LO BUENO Y DESGRACIADAMENTE A VECES TAMBIÉN PARA LO MALO!